Seguridad 101

Ronald Batory, administrador de la Administración Federal de Ferrocarriles

Soy un orgulloso ferroviario de toda la vida. Después de trabajar en la industria durante más de 45 años, conozco el poder de los trenes. Los ferrocarriles son una parte indispensable de nuestro sistema de transporte nacional y un motor clave de la economía estadounidense. 134,000 millas de rutas ferroviarias atraviesan nuestra nación, con más de 200,000 cruces de carreteras y trenes públicos y privados en áreas rurales, vecindarios suburbanos y centros urbanos concurridos.

Las estadísticas nos muestran que el tren es un medio de transporte seguro, pero lamentablemente los riesgos aumentan donde se cruzan las vías del tren y las carreteras. Cada cuatro horas hay una colisión entre un tren y un vehículo motorizado o un peatón en un paso a nivel de carretera y ferrocarril. Solo en 2018, 270 personas murieron, y de ellas, 99 personas murieron porque un automovilista condujo deliberadamente alrededor de los brazos bajos de la puerta de cruce.

Es por eso que la Administración Federal de Ferrocarriles y la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras se han asociado en una campaña educativa de seguridad pública multimillonaria: “Alto. Los trenes no pueden”. — para mejorar el conocimiento, la conciencia y el comportamiento de los conductores en los cruces de ferrocarril y ayudar a proteger a nuestras familias para, en última instancia, eliminar las lesiones y muertes prevenibles. Nuestro objetivo es simple: aumentar la conciencia pública sobre los riesgos de un tren que se aproxima al cruzar las vías del tren y recordarles a todos que tratar de ahorrar unos minutos puede costarle la vida.

Si bien se ha logrado un tremendo progreso durante muchas décadas para reducir la frecuencia de estos impactos, lesiones y muertes, la mayoría de estos choques no son simples accidentes, sino que se pueden prevenir. Sé que esto es cierto, habiendo sido testigo de varios de primera mano. También lo hacen las miles de familias cuyas vidas han cambiado para siempre por una lesión que les cambió la vida o por la trágica pérdida de un ser querido. He conocido a innumerables tripulantes de trenes que han quedado traumatizados por accidentes que no pudieron evitar.

La tentación de tratar de ganarle a un tren puede ser grande, pero es mortal. Por su tamaño y peso, ni los trenes de mercancías ni los de pasajeros pueden detenerse fácilmente para evitar los vehículos de motor en las vías. Un tren de carga que viaja a 55 mph puede tardar más de una milla en detenerse una vez que se aplican los frenos de emergencia. Los trenes no tienen volantes y no pueden desviarse del camino para evitar golpear a un usuario de la vía. De hecho, por ley, los trenes en las vías tienen derecho de paso.

Demasiados estadounidenses ignoran las señales y señales de advertencia anticipadas de los pasos a nivel y creen erróneamente que pueden ganarle a un tren que se aproxima. Aproximadamente la mitad de los cruces ferroviarios del país tienen luces que destellan y brazos de puerta que bajan cuando se acerca un tren. Sin embargo, sorprendentemente, la mitad de todas las colisiones en cruces ocurren cuando se aplican exactamente esas mismas medidas de seguridad. A aquellos que intencionalmente ignoran las luces intermitentes o se ponen en riesgo a sí mismos y a otros al conducir alrededor de los brazos de la puerta, les digo: presten atención a estas advertencias. Están en su lugar para mantenerlo a usted y a sus pasajeros a salvo, no para que llegue tarde.

Los trenes pueden operar en cualquier dirección sobre una vía en cualquier momento. En lugares con varios juegos de vías, un tren parado puede dificultar la aproximación de otro tren. Incluso en los cruces de ferrocarril que no están equipados con dispositivos de advertencia activos, las leyes estatales exigen que los automovilistas reduzcan la velocidad en los cruces, miren a ambos lados y escuchen.

En caso de duda, espere. En una carrera entre tu coche y un tren, vas a perder. No importa cuán grande sea la prisa, no vale la pena el riesgo. A simple vista, los trenes parecen estar más lejos y viajar más lentos de lo que son. Los peatones también deben estar atentos: quítese los auriculares y mire en ambas direcciones antes de cruzar. Pregúntese, ¿vale la pena el riesgo? Recuerde siempre: deténgase. Los trenes no pueden.

El autor es el administrador de la Administración Federal de Ferrocarriles.